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17 Aun nos han desfallecido nuestros ojos tras nuestro vano socorro:

En nuestra esperanza aguardamos gente que no puede salvar.

18 Cazaron nuestros pasos, que no anduviésemos por nuestras calles:

Acercóse nuestro fin, cumpliéronse nuestros días; porque nuestro fin vino.

19 Ligeros fueron nuestros perseguidores más que las águilas del cielo:

Sobre los montes nos persiguieron, en el desierto nos pusieron emboscadas.

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